10/25/2015

MI POEMA NO ES DE ESTE MUNDO. Arte Film de Antonio García Villarán. Cortometraje 2015.


MI POEMA NO ES DE ESTE MUNDO.

Con esta pieza de Arte Film he querido rendir homenaje a los poetas “outsiders” y está dedicado al Maestro Manuel Maciá, que tanto me enseñó y con el que compartí ideas y proyectos cuya importancia radicaba en el simple hecho de realizarlos.

REPTAR ES BUSCAR.
La primera parte del corto muestra al protagonista reptando, que es una metáfora de lo difícil que resulta llegar a la Poesía. Se entremezclan imágenes de corteza de árbol que se mueven en la misma dirección o en la contraria al protagonista. La textura es abrupta y áspera. El poeta busca desde “la curiosidad de los recién nacidos…”.

MI POEMA NO ES DE ESTE MUNDO.
Se presenta la historia con este título que es un guiño al Nuevo Testamento, Juan 18/36, cuando Jesús dice “Mi reino no es de este mundo”, haciendo clara alusión al mundo que vive dentro de cada uno de los poetas, que es un mundo íntimo, personal e intangible.
La primera imagen después del título muestra dos caras de la misma persona; el “Yo real” y el “Yo poético”. Se interrogan e intentan explicarse el uno al otro. La figura del gato que emite un grito galáctico es el símbolo de la autosuficiencia de los poetas independientes. El abrigo de piel es una metáfora de protección ante el mundo.

METAMORFOSIS.
El “Yo poético” se transforma en mujer, símbolo de las muchas voces que habitan al poeta. “Debes mirar detrás de tu iris…”, le dice su propio yo convertido en mujer. La búsqueda de respuestas, e incluso las “respuestas sin preguntas” no son otra cosa que la búsqueda de lo puro, de la verdad, del poema.

LOS POETAS VOLADORES.
Una imagen de la talla de una Virgen, como metáfora de lo divino, da paso al “Yo poético” que busca en la playa, mirando al horizonte de agua, a los poetas voladores. Pero ¿Quienes son los poetas voladores? ¿Dónde están? 
Después de reflexionar sobre la condición del ser humano como espejo que refleja y es reflejado, aparece la imagen de un personaje que nunca antes había aparecido, un rostro que nos resulta ajeno e inquietante, que se ríe lentamente y que es el poema mismo.
La pieza termina con el “Yo poético” buscando en la playa a los poetas voladores. Ellos han estado siempre ahí, en este momento se encuentran pisando la misma arena, pero se ignoran, no se reconocen mutuamente. 

CONCLUSIÓN.
Finalmente los poetas voladores se sienten satisfechos cogiendo olas y aprovechando los vientos para realizar piruetas y filigranas. El poeta “outsider” sigue su camino ajeno al mar y arropado con su abrigo. Durante toda la pieza el viento es también un importante protagonista; es aquello que nos mece, lo que hace que se muevan las cosas, es el aire que respiramos avanzando frenético, despeinándonos. Pero ¿Qué pasaría si el poeta del abrigo intentase surcar las olas como uno más de los  poetas voladores?

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