Antonio García Villarán: “Nosotros creemos en el compromiso con la poesía”
Barranquero Maya
Ayer empezó el Festival Internacional de Poesía de Sevilla, el también llamado Perfopoesía, que ofrecerá durante 15 días, ya 14, poesía en sus múltiples formas escénicas. Un botón fue su inauguración, ‘Efímero y consiente’, un calificado como delirio autodestructivo bajo el que se esconde un homenaje a autores como Baudelaire, Pessoa o Valéry, a través del autorrecital de Lola Crespo que acompaña una exposición de libros intervenidos por el artista Aure Gallego.
Así será todo el tiempo, poesía intrépida hasta el 15 de octubre, cuando Siracusa Bravo y Alejandra Vanessa, dos de las denominadas nuevas voces del panorama poético, pongan el cierre con un recital perfopoético.
Dentro, muy dentro de toda la poesía que se puede explayar en 15 días con dos eventos por día como máximo, se encuentra una troupe de personas, el que encuentre una palabra mejor que la diga, que ha hecho posible la vuelta del festival tras dos años. Ahí mismo está Antonio García Villarán, su director, quién tras presentarse y aludir la responsabilidad de la subdirectora Nuria Mezquita, explica dónde se ha metido en todo este tiempo.
“No ha habido festival porque el Ayuntamiento nos propuso hacerlo bienal doblándonos el presupuesto, pero al final no fue así realmente, querían que hiciésemos una gran bienal de poesía pero prácticamente sin nada de presupuesto. Esto nos lo dijeron a pocos meses de celebrar la quinta edición, el año pasado, cuando se iba a celebrar esta bienal. Nos fue imposible hacerlo, y este año hemos decidido hacerlo con otro modelo y con poquísimas ayudas”.
Esas ayudas, comenta Antonio García, son sobre todo de espacios. Por eso la poesía del festival estará más inquieta que en años anteriores, manifestándose en distintos escenarios de la ciudad, como por ejemplo el del Cicus, el del Teatro Central o el improvisado para la ocasión de algunas Bibliotecas Municipales. También alude Antonio García a la colaboración prestada por los propios poetas que participan como soporte fundamental del Festival.
“Antes se hacía todo en una carpa, en la Alameda, y el Festival duraba siete días, pero en esos siete días las actividades eran ininterrumpidas, empezábamos a las diez o a las once, y había actividades hasta las dos de la mañana. En esta ocasión hemos cambiado el modelo completamente. Son 15 días y cada día hay una o dos actividades”.
“Cuestión de presupuesto”, añade, lo que ha obligado también a introducir el elemento taquilla. Pero que no cunda el pánico. “Por primera vez hay algunos recitales que van a taquilla. Espero que funcionen bien. Estuvimos negociando mucho con el Ayuntamiento. Yo era partidario de no pasar directamente de no pagar absolutamente nada por la poesía a lo que querían imponernos, que eran entradas muy caras, porque yo creo que eso se hubiera cargado el Festival. Yo quería hacer una transición, acostumbrar a la gente a valorar lo que está viendo”.
“También los poetas, por supuesto, hacen buenos espectáculos, se lo trabajan para que tú pagues algo y que estés satisfecho con lo que pagas. Esa labor quizás es la que estamos haciendo ahora, poco a poco, aunque nos cuesta mucho, vamos a ver cómo funciona aquí”.
Ciertamente alguien tenía que pensar en los poetas, más allá del espacio, cedido. Respecto a uno de ellos ya es demasiado tarde. Leopoldo María Panero, denominado último poeta maldito, etiquetado dentro del grupo de los Novísimos, poeta referencia underground por y en excelencia, murió el 5 de marzo de 2014 y pasó por el Perfopoesía. Por todo ello, el miércoles 8 de octubre, en el Auditorio del Cicus, Carlos Ann, Alejandro Simón Partal, Mariona Aupí, Fernando Bazán y el sevillano Javier Gato le darán un homenaje. Antonio García recuerda aquel día en el que 600 personas llenaron la Carpa situada en la Alameda para verlo y escucharlo, y lo recuerda transitando de la nostalgia a la frustración.
“No tenemos espacio para albergar lo que conseguíamos antes, lo que eran 500, 600 personas escuchando a los poetas, eso es imposible, porque no tenemos medios, no porque no haya gente, no porque la gente no fuera, porque la gente venía, sino porque no tenemos los medios para hacerlo”.
Según explica Antonio, en cierta manera, el origen del Festival surgió de lo que se llamaban Las Noches del Cangrejo, recitales poéticos que se realizaban en el Perro Andaluz organizados por la editorial El Cangrejo Pistolero, de la que Antonio es director.
“Eran todos los jueves y nos preguntábamos porque no había un festival de poesía en Sevilla, y nos decían que porque nadie lo había hecho. Estaba la Bienal de Flamenco, había muchos festivales, el de danza, Circada, el Encuentro del Cómic, pero de poesía no había festival ni nada, y decidimos hacerlo”.
Y dieron forma a su idea realizando un proyecto que presentaron a las instituciones. La historia por lo visto pasó entonces a desarrollarse como un poema romántico clásico. Los primeros años todo fue bien, intensamente bien, hasta que dejó de ir.
“Al principio por parte de Juventud y Deporte apostaron por el festival un poquito. Cuando vieron que funcionaba muy bien, el segundo año, se metió el Ayuntamiento, un poco la Junta, y también Juventud y Deportes. El tercer año también. Como tenía mucho éxito y venía muchísima gente, iban apostar más, pero con el cambio de gobierno se ve que no lo entendieron o que no quisieron entenderlo. La cifra de asistencia que le presentamos en dossieres, tanto de prensa como de las actividades que habíamos hecho era de rotundo éxito. El cuarto Festival lo hicimos bajo mínimos, para demostrar que efectivamente la ciudad de Sevilla quería el festival, y aun así, con el dossier por delante y todo, no hubo manera”.
Estas son las venturas y desventuras del Festival en su propia odisea, a veces Homérica a veces Dantesca, por hacerse ver. Ahora el Festival vive un retorno, ya se verá si es a Ítaca o al mismo paraíso, en el que no todo depende de ellos, y vuelve sin una temática concreta pero si con muchos estrenos, según informa Antonio.
“Hay muchos estrenos, estrenos de recitales, por ejemplo los de Fiebre, el de Fernando Bazán –Vicio-, que estrena su espectáculo Ruán, el de Fernando Mansilla, que estrena también su espectáculo, Os Reverendo también estrenan”.
También hay otro homenaje. Otro poeta al que ya es tarde recompensar. Por mucho que se le hubiera otorgado ilustres reconocimientos como el Premio Miguel de Cervantes, no deja de ser tarde para recompensar a Juan Gelman, poeta argentino, dicen que uno de los grandes poetas contemporáneos de habla hispana, y eso sino es decirlo todo, es casi para quedarse mudo.
“Lo íbamos a tener en Perfopoesía V hace tres años y ya ha muerto. A causa de que no nos apoyaron, no pudimos tener los medios para traerlo y para hacer el Festival, y ha muerto antes de visitarnos, que estaba previsto que viniera junto con Carlos Ann y Mariona Aupí”.
En aquel entonces iban a presentar en Sevilla un disco de poemas de Juan Gelman musicados. Por lo tanto serán los propios Carlos Ann y Mariona Aupí, los encargados de darle homenaje el jueves 9 de octubre en el patio de la Casa de la Provincia.
La categoría internacional del Festival se la darán, además del espíritu de Juan Gelman por supuesto, poetas como los mejicanos David Meza y Fábio Morábito, y por supuesto, presupuesto se vuelve a mencionar cuando se le pregunta a Antonio García por la poesía más allá del imperio de la lengua hispana.
“Hay muchas cosas que se han quedado en el tintero porque no hay manera de hacerlo, es que no hay manera, nosotros tenemos los contactos, tenemos la programación, pero necesitamos dinero y claro…”.
El tono sevillano lo aportan poetas como Javier Gato, en el Perfopoesía desde la primera edición. Como nacidos de esta primera edición, Antonio habla de Os Reverendos, dirigidos por Javier Berger.
“Hacen cinco años esta corporación, y me contaba que la idea de hacerla le vino porque trajimos a Accidents Polipoètics. Luego está Fernando Mansilla, que también surgió un poco a raíz de toda la movida poética que se creó aquí, porque no solo estamos nosotros, hay muchos, de hace cinco o seis años hay mucho movimiento poético, y sobre todo perfopoético, en el sentido de sacar la perfopoesía de la mesa y el flexo y todo eso, y darle otro giro, hacerla llegar al público de una manera más divertida”.
Y es ahora, cuando se habla de dar giros a la poesía, de hacerla llegar, cuando es menester escarbar en el concepto poético que se expone en este festival Perfopoeta. De, por ejemplo, si la poesía, manifestación de la introspección, está hecha para tantas miradas simultáneas, y de si esa mirada colectiva está hecha para esa manifestación tan privada, de si al perderse intimidad, al pretender ganar púlpito escénico, no se pierde integridad poética.
“No creo que pierda intimidad, en absoluto, siempre y cuando el poeta quiera transmitir eso o transmita eso. Hay poetas que recitan de una manera muy íntima, piensa en los cantantes, hay cantantes que cantan prácticamente susurrando y parece que estás con él o con ella solo, en el salón de tú casa, escuchándolo, y te hacen estremecer, pues la poesía igual. Tú estás con los poetas. Hay poetas más canallas, hay poetas que le van más el espectáculo, hay otros más intimistas. Hay muchas propuestas a nivel de perfopoesía, ya sea con imagen, con música, o simplemente recitando en el escenario, pero con conciencia de escenario, con conciencia estética”.
Quizás por dudas como estas, desde su editorial publicaron un libro teórico sobre la perfopoesía. “La gente creía que la perfopoesía era como la polipoesía. La polipoesía tiene sus argumentos, tiene su manifiesto en los que dice que se escribe el poema pensando en cómo se va a recita, es una pieza completa, es como una canción, pero la perfopoesía no, la perfopoesía es coger un poema cualquiera, puede ser de Bécquer o de Cernuda o tuyo, y darle un giro en torno a la escena, y mostrarlo de una manera distinta para que llegue mejor al público”.
Y otra cuestión que se hace pertinente, por simple ignorante curiosidad, es la de saber dónde se meten los poetas cuando no hay Perfopoesía, aunque más interesante aún sería saber donde se meten cuando no hay poesía. “Aquí cada vez están más visibles, de hecho hemos realizado seis temporadas, ciento veintitantas Noches del Cangrejo en el Perro Andaluz, cada vez que hacíamos una, de 60 a 100 personas venían, y todos o poetas o amantes de la poesía, nos gustaba la poesía”.
Pero el famoso Perro Andaluz ya no está. Y tampoco Las Noches del Cangrejo. La pregunta, que se repite. “Lo que pasa ahora es que se está haciendo fuerte otro escenario, lo que empezó en los bares, ahora está llegando a los escenarios, ahora se está profesionalizando, que es también muy importante, aquello que surgió de una manera espontánea, hablo por compañeros míos y por mí mismo, que estamos haciendo cosas, recitales en otros festivales, en otros encuentros, en teatros… Está ocurriendo lo natural, la profesionalización que también es muy importante para la perfopoesía, salir del bar, que está muy bien, pero también darle otra entidad”.
Antonio García Villarán, además de lo mencionado, por supuesto también es poeta, estaría bueno no serlo en este entorno, y poeta del nivel que otorga compartir escenario con Luis Eduardo Aute en un espectáculo llamado Poemigario, o con Santiago Auserón, en el recital de Perros y Cangrejos. Antonio cuenta como la situación ha cambiado en Sevilla. Antes, asegura que trabajaba mucho, pero ahora se mueve más fuera de la ciudad. “En Sevilla prácticamente no hago nada, primero por eso, porque hay un…no solo desinterés, si no una falta de apuesta por esto, cuando antes sí que la había”, añade.
Respecto a su editorial, las cosas van. El Cangrejo Pistolero es una pequeña editorial que actualmente tiene un catálogo de unos cuarenta títulos aproximadamente, libros de poesía donde se presta mucha atención a la ilustración, como si fuera parte de la rima, por libre que sean los versos. “Seguimos experimentando porque la editorial al ser pequeña nos permite buscar nuevas vías, nuevas fórmulas. Hemos notado mucho que se ha quitado mucha ayuda al libro. Antes si un libro no funcionaba o no se vendía lo que se tenía que vender, pues como podías obtener algún tipo de ayuda para hacerlo llegar a los sitios, podíamos salvarnos por ahí. La venta también ha bajado pero bueno, nosotros seguimos editando, ya no tanto como antes, antes sacábamos de diez a quince títulos, ahora podemos sacar cinco o seis al año”.
En el Cangrejo Pistolero publican poetas como Javier Gato o Siracusa Bravo Guerrero, quien ha vendido de su primer libro, ‘Indigesta’, mil ejemplares hasta el momento.
Antonio es uno más de esos que cuando les mencionan crisis y poesía reaccionan como queriendo reír, pero sin hacerlo por cuestiones de protocolo. “Pero es que la poesía siempre ha estado en crisis. Yo no he escuchado nunca decir: “que buen momento para la poesía”, malos tiempos para la lírica son todos realmente. Es cierto que hace años eran mejores tiempos, pero lo eran para todo. Lo que hemos tenido que hacer es, en vez de sacar más libros sacar menos, y algunos libros, en vez de que la tirada sea de mil, que sea de 500, que para ser libros de poesía aún es mucho”.
“Nosotros creemos en el compromiso con la poesía, comprometerse con la poesía no es sacar los libros y sacar cien ejemplares, es conseguir distribución nacional, conseguir que el libro esté en todos sitios, y darle difusión a la poesía, por eso también hemos hecho el festival”.
Tratando de alcanzar el origen de esta historia, que no es más que el origen del hecho poético del protagonista, se llega así a un Doctorado en Bellas Artes y a una afición por la plástica y la poesía. “Siempre me han interesado la plástica y la poesía. Cuando estaba estudiando leía mucha poesía, sobre todo leo poesía y libros de teoría del arte”.
Y dentro de ese enorme agujero negro sobre blanco destaca por supuesto a Leopoldo María Panero, a Pedro Casariego Córdoba… tras mucho pensar habla de William Blake, cuyos dibujos le llevan a destacar su interés por los artistas multidisciplinares como Boris Vian o Luis Eduardo Aute… lugares comunes frecuentado por su concepto poético. “Lo que descubro en la poesía es que es una fuente inagotable de creatividad y de experiencia que me llevan a otro sitio”.
Otro sitio bien puede ser el futuro. El cómo se las arreglará el Festival Internacional de Poesía para llegar a él es otra historia. “En principio hemos recuperado el Festival con intención de que siga siendo anual. La perspectiva que teníamos cuando hicimos la tercera edición y las perspectivas que nos daban desde las instituciones eran que fuese a más, porque funcionaba, porque se había afianzado en muy poco tiempo, y porque el público asistía, esa era la perspectiva que teníamos, y no fue así, por lo que me descuadró completamente”.
Al menos el Festival Internacional de Poesía de Sevilla tiene un principio en el que poetas o perfopoétas tratarán de volver a conquistar su futuro emocionando el presente, es ahí donde está un buen ejemplo de íntima integridad poética, ver como la iniciativa del cada cual supera a la del todos juntos institucional.
Fuente: SEVILLA DIRECTO
Así será todo el tiempo, poesía intrépida hasta el 15 de octubre, cuando Siracusa Bravo y Alejandra Vanessa, dos de las denominadas nuevas voces del panorama poético, pongan el cierre con un recital perfopoético.
Dentro, muy dentro de toda la poesía que se puede explayar en 15 días con dos eventos por día como máximo, se encuentra una troupe de personas, el que encuentre una palabra mejor que la diga, que ha hecho posible la vuelta del festival tras dos años. Ahí mismo está Antonio García Villarán, su director, quién tras presentarse y aludir la responsabilidad de la subdirectora Nuria Mezquita, explica dónde se ha metido en todo este tiempo.
“No ha habido festival porque el Ayuntamiento nos propuso hacerlo bienal doblándonos el presupuesto, pero al final no fue así realmente, querían que hiciésemos una gran bienal de poesía pero prácticamente sin nada de presupuesto. Esto nos lo dijeron a pocos meses de celebrar la quinta edición, el año pasado, cuando se iba a celebrar esta bienal. Nos fue imposible hacerlo, y este año hemos decidido hacerlo con otro modelo y con poquísimas ayudas”.
Esas ayudas, comenta Antonio García, son sobre todo de espacios. Por eso la poesía del festival estará más inquieta que en años anteriores, manifestándose en distintos escenarios de la ciudad, como por ejemplo el del Cicus, el del Teatro Central o el improvisado para la ocasión de algunas Bibliotecas Municipales. También alude Antonio García a la colaboración prestada por los propios poetas que participan como soporte fundamental del Festival.
“Antes se hacía todo en una carpa, en la Alameda, y el Festival duraba siete días, pero en esos siete días las actividades eran ininterrumpidas, empezábamos a las diez o a las once, y había actividades hasta las dos de la mañana. En esta ocasión hemos cambiado el modelo completamente. Son 15 días y cada día hay una o dos actividades”.
“Cuestión de presupuesto”, añade, lo que ha obligado también a introducir el elemento taquilla. Pero que no cunda el pánico. “Por primera vez hay algunos recitales que van a taquilla. Espero que funcionen bien. Estuvimos negociando mucho con el Ayuntamiento. Yo era partidario de no pasar directamente de no pagar absolutamente nada por la poesía a lo que querían imponernos, que eran entradas muy caras, porque yo creo que eso se hubiera cargado el Festival. Yo quería hacer una transición, acostumbrar a la gente a valorar lo que está viendo”.
“También los poetas, por supuesto, hacen buenos espectáculos, se lo trabajan para que tú pagues algo y que estés satisfecho con lo que pagas. Esa labor quizás es la que estamos haciendo ahora, poco a poco, aunque nos cuesta mucho, vamos a ver cómo funciona aquí”.
Ciertamente alguien tenía que pensar en los poetas, más allá del espacio, cedido. Respecto a uno de ellos ya es demasiado tarde. Leopoldo María Panero, denominado último poeta maldito, etiquetado dentro del grupo de los Novísimos, poeta referencia underground por y en excelencia, murió el 5 de marzo de 2014 y pasó por el Perfopoesía. Por todo ello, el miércoles 8 de octubre, en el Auditorio del Cicus, Carlos Ann, Alejandro Simón Partal, Mariona Aupí, Fernando Bazán y el sevillano Javier Gato le darán un homenaje. Antonio García recuerda aquel día en el que 600 personas llenaron la Carpa situada en la Alameda para verlo y escucharlo, y lo recuerda transitando de la nostalgia a la frustración.
“No tenemos espacio para albergar lo que conseguíamos antes, lo que eran 500, 600 personas escuchando a los poetas, eso es imposible, porque no tenemos medios, no porque no haya gente, no porque la gente no fuera, porque la gente venía, sino porque no tenemos los medios para hacerlo”.
Según explica Antonio, en cierta manera, el origen del Festival surgió de lo que se llamaban Las Noches del Cangrejo, recitales poéticos que se realizaban en el Perro Andaluz organizados por la editorial El Cangrejo Pistolero, de la que Antonio es director.
“Eran todos los jueves y nos preguntábamos porque no había un festival de poesía en Sevilla, y nos decían que porque nadie lo había hecho. Estaba la Bienal de Flamenco, había muchos festivales, el de danza, Circada, el Encuentro del Cómic, pero de poesía no había festival ni nada, y decidimos hacerlo”.
Y dieron forma a su idea realizando un proyecto que presentaron a las instituciones. La historia por lo visto pasó entonces a desarrollarse como un poema romántico clásico. Los primeros años todo fue bien, intensamente bien, hasta que dejó de ir.
“Al principio por parte de Juventud y Deporte apostaron por el festival un poquito. Cuando vieron que funcionaba muy bien, el segundo año, se metió el Ayuntamiento, un poco la Junta, y también Juventud y Deportes. El tercer año también. Como tenía mucho éxito y venía muchísima gente, iban apostar más, pero con el cambio de gobierno se ve que no lo entendieron o que no quisieron entenderlo. La cifra de asistencia que le presentamos en dossieres, tanto de prensa como de las actividades que habíamos hecho era de rotundo éxito. El cuarto Festival lo hicimos bajo mínimos, para demostrar que efectivamente la ciudad de Sevilla quería el festival, y aun así, con el dossier por delante y todo, no hubo manera”.
Estas son las venturas y desventuras del Festival en su propia odisea, a veces Homérica a veces Dantesca, por hacerse ver. Ahora el Festival vive un retorno, ya se verá si es a Ítaca o al mismo paraíso, en el que no todo depende de ellos, y vuelve sin una temática concreta pero si con muchos estrenos, según informa Antonio.
“Hay muchos estrenos, estrenos de recitales, por ejemplo los de Fiebre, el de Fernando Bazán –Vicio-, que estrena su espectáculo Ruán, el de Fernando Mansilla, que estrena también su espectáculo, Os Reverendo también estrenan”.
También hay otro homenaje. Otro poeta al que ya es tarde recompensar. Por mucho que se le hubiera otorgado ilustres reconocimientos como el Premio Miguel de Cervantes, no deja de ser tarde para recompensar a Juan Gelman, poeta argentino, dicen que uno de los grandes poetas contemporáneos de habla hispana, y eso sino es decirlo todo, es casi para quedarse mudo.
“Lo íbamos a tener en Perfopoesía V hace tres años y ya ha muerto. A causa de que no nos apoyaron, no pudimos tener los medios para traerlo y para hacer el Festival, y ha muerto antes de visitarnos, que estaba previsto que viniera junto con Carlos Ann y Mariona Aupí”.
En aquel entonces iban a presentar en Sevilla un disco de poemas de Juan Gelman musicados. Por lo tanto serán los propios Carlos Ann y Mariona Aupí, los encargados de darle homenaje el jueves 9 de octubre en el patio de la Casa de la Provincia.
La categoría internacional del Festival se la darán, además del espíritu de Juan Gelman por supuesto, poetas como los mejicanos David Meza y Fábio Morábito, y por supuesto, presupuesto se vuelve a mencionar cuando se le pregunta a Antonio García por la poesía más allá del imperio de la lengua hispana.
“Hay muchas cosas que se han quedado en el tintero porque no hay manera de hacerlo, es que no hay manera, nosotros tenemos los contactos, tenemos la programación, pero necesitamos dinero y claro…”.
El tono sevillano lo aportan poetas como Javier Gato, en el Perfopoesía desde la primera edición. Como nacidos de esta primera edición, Antonio habla de Os Reverendos, dirigidos por Javier Berger.
“Hacen cinco años esta corporación, y me contaba que la idea de hacerla le vino porque trajimos a Accidents Polipoètics. Luego está Fernando Mansilla, que también surgió un poco a raíz de toda la movida poética que se creó aquí, porque no solo estamos nosotros, hay muchos, de hace cinco o seis años hay mucho movimiento poético, y sobre todo perfopoético, en el sentido de sacar la perfopoesía de la mesa y el flexo y todo eso, y darle otro giro, hacerla llegar al público de una manera más divertida”.
Y es ahora, cuando se habla de dar giros a la poesía, de hacerla llegar, cuando es menester escarbar en el concepto poético que se expone en este festival Perfopoeta. De, por ejemplo, si la poesía, manifestación de la introspección, está hecha para tantas miradas simultáneas, y de si esa mirada colectiva está hecha para esa manifestación tan privada, de si al perderse intimidad, al pretender ganar púlpito escénico, no se pierde integridad poética.
“No creo que pierda intimidad, en absoluto, siempre y cuando el poeta quiera transmitir eso o transmita eso. Hay poetas que recitan de una manera muy íntima, piensa en los cantantes, hay cantantes que cantan prácticamente susurrando y parece que estás con él o con ella solo, en el salón de tú casa, escuchándolo, y te hacen estremecer, pues la poesía igual. Tú estás con los poetas. Hay poetas más canallas, hay poetas que le van más el espectáculo, hay otros más intimistas. Hay muchas propuestas a nivel de perfopoesía, ya sea con imagen, con música, o simplemente recitando en el escenario, pero con conciencia de escenario, con conciencia estética”.
Quizás por dudas como estas, desde su editorial publicaron un libro teórico sobre la perfopoesía. “La gente creía que la perfopoesía era como la polipoesía. La polipoesía tiene sus argumentos, tiene su manifiesto en los que dice que se escribe el poema pensando en cómo se va a recita, es una pieza completa, es como una canción, pero la perfopoesía no, la perfopoesía es coger un poema cualquiera, puede ser de Bécquer o de Cernuda o tuyo, y darle un giro en torno a la escena, y mostrarlo de una manera distinta para que llegue mejor al público”.
Y otra cuestión que se hace pertinente, por simple ignorante curiosidad, es la de saber dónde se meten los poetas cuando no hay Perfopoesía, aunque más interesante aún sería saber donde se meten cuando no hay poesía. “Aquí cada vez están más visibles, de hecho hemos realizado seis temporadas, ciento veintitantas Noches del Cangrejo en el Perro Andaluz, cada vez que hacíamos una, de 60 a 100 personas venían, y todos o poetas o amantes de la poesía, nos gustaba la poesía”.
Pero el famoso Perro Andaluz ya no está. Y tampoco Las Noches del Cangrejo. La pregunta, que se repite. “Lo que pasa ahora es que se está haciendo fuerte otro escenario, lo que empezó en los bares, ahora está llegando a los escenarios, ahora se está profesionalizando, que es también muy importante, aquello que surgió de una manera espontánea, hablo por compañeros míos y por mí mismo, que estamos haciendo cosas, recitales en otros festivales, en otros encuentros, en teatros… Está ocurriendo lo natural, la profesionalización que también es muy importante para la perfopoesía, salir del bar, que está muy bien, pero también darle otra entidad”.
Antonio García Villarán, además de lo mencionado, por supuesto también es poeta, estaría bueno no serlo en este entorno, y poeta del nivel que otorga compartir escenario con Luis Eduardo Aute en un espectáculo llamado Poemigario, o con Santiago Auserón, en el recital de Perros y Cangrejos. Antonio cuenta como la situación ha cambiado en Sevilla. Antes, asegura que trabajaba mucho, pero ahora se mueve más fuera de la ciudad. “En Sevilla prácticamente no hago nada, primero por eso, porque hay un…no solo desinterés, si no una falta de apuesta por esto, cuando antes sí que la había”, añade.
Respecto a su editorial, las cosas van. El Cangrejo Pistolero es una pequeña editorial que actualmente tiene un catálogo de unos cuarenta títulos aproximadamente, libros de poesía donde se presta mucha atención a la ilustración, como si fuera parte de la rima, por libre que sean los versos. “Seguimos experimentando porque la editorial al ser pequeña nos permite buscar nuevas vías, nuevas fórmulas. Hemos notado mucho que se ha quitado mucha ayuda al libro. Antes si un libro no funcionaba o no se vendía lo que se tenía que vender, pues como podías obtener algún tipo de ayuda para hacerlo llegar a los sitios, podíamos salvarnos por ahí. La venta también ha bajado pero bueno, nosotros seguimos editando, ya no tanto como antes, antes sacábamos de diez a quince títulos, ahora podemos sacar cinco o seis al año”.
En el Cangrejo Pistolero publican poetas como Javier Gato o Siracusa Bravo Guerrero, quien ha vendido de su primer libro, ‘Indigesta’, mil ejemplares hasta el momento.
Antonio es uno más de esos que cuando les mencionan crisis y poesía reaccionan como queriendo reír, pero sin hacerlo por cuestiones de protocolo. “Pero es que la poesía siempre ha estado en crisis. Yo no he escuchado nunca decir: “que buen momento para la poesía”, malos tiempos para la lírica son todos realmente. Es cierto que hace años eran mejores tiempos, pero lo eran para todo. Lo que hemos tenido que hacer es, en vez de sacar más libros sacar menos, y algunos libros, en vez de que la tirada sea de mil, que sea de 500, que para ser libros de poesía aún es mucho”.
“Nosotros creemos en el compromiso con la poesía, comprometerse con la poesía no es sacar los libros y sacar cien ejemplares, es conseguir distribución nacional, conseguir que el libro esté en todos sitios, y darle difusión a la poesía, por eso también hemos hecho el festival”.
Tratando de alcanzar el origen de esta historia, que no es más que el origen del hecho poético del protagonista, se llega así a un Doctorado en Bellas Artes y a una afición por la plástica y la poesía. “Siempre me han interesado la plástica y la poesía. Cuando estaba estudiando leía mucha poesía, sobre todo leo poesía y libros de teoría del arte”.
Y dentro de ese enorme agujero negro sobre blanco destaca por supuesto a Leopoldo María Panero, a Pedro Casariego Córdoba… tras mucho pensar habla de William Blake, cuyos dibujos le llevan a destacar su interés por los artistas multidisciplinares como Boris Vian o Luis Eduardo Aute… lugares comunes frecuentado por su concepto poético. “Lo que descubro en la poesía es que es una fuente inagotable de creatividad y de experiencia que me llevan a otro sitio”.
Otro sitio bien puede ser el futuro. El cómo se las arreglará el Festival Internacional de Poesía para llegar a él es otra historia. “En principio hemos recuperado el Festival con intención de que siga siendo anual. La perspectiva que teníamos cuando hicimos la tercera edición y las perspectivas que nos daban desde las instituciones eran que fuese a más, porque funcionaba, porque se había afianzado en muy poco tiempo, y porque el público asistía, esa era la perspectiva que teníamos, y no fue así, por lo que me descuadró completamente”.
Al menos el Festival Internacional de Poesía de Sevilla tiene un principio en el que poetas o perfopoétas tratarán de volver a conquistar su futuro emocionando el presente, es ahí donde está un buen ejemplo de íntima integridad poética, ver como la iniciativa del cada cual supera a la del todos juntos institucional.
Fuente: SEVILLA DIRECTO