Mayo del 68. Yo no estuve allí.
Yo no estuve allí, eso puedo asegurarlo, pero he leído, he visto y me han contado más de una historia sobre esta revuelta que se expandió por medio mundo e hizo tambalear los cimientos político-económicos más consolidados. Y lo más importante, no estuve allí entonces, estoy aquí ahora. La revuelta estudiantil que se generó en Francia y que se extendió por Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, incluso por España y que estuvo capitaneada por un joven contestatario enemigo de los valores establecidos, puede parecernos hoy un cuento de abuela y mecedora. Pero la verdad es que este idealista que portaba por bandera el célebre “prohibido prohibir”, hoy utilizado por artistas como Joaquín Sabina o Enrique Bunbury en algunas de las canciones que más beneficios les han generado, no es otro que el actual líder de los Verdes en el Parlamento Europeo Daniel Cohen-Bendit, conocido como "Dani el rojo". Y es que Dani consiguió ser la chispa que encendió la hoguera al ser expulsado de Francia, toda una provocación, abuso de poder e injusticia para con los enérgicos estudiantes que acabaron por tomar al asalto el anfiteatro de la universidad. Y la mecha seguía. Recordemos que se produjo la
mayor huelga general obrera que haya habido en Francia, alrededor de 10 millones de trabajadores ocuparon las fábricas, empuñaron adoquines y formaron la conocida revuelta popular a favor de la cultura, la libertad y todos los valores que podríamos extraer de las vísceras de cualquier joven de cualquier época. Pero, ¿qué ocurre hoy? ¿Ya no hay revueltas estudiantiles? ¿Dónde están las pintadas anónimas sentenciando la apatía de los que piensan “Seamos realistas, pidamos lo imposible”?
No me gustaría decir lo que escucho por los bares, lo que leo en los foros o lo que me escupen desde la televisión cuando opinan que la Play Station, las drogas de diseño y las Raves Parties están dejando a la juventud medio atontada y sin orientación. Hoy existe una herramienta fundamental que hace que nos asociemos con una inmediatez antes impensable. La información viaja por la red al galope, por microsegundos y lo mejor es que, gracias al anonimato, propuestas que realmente interesan a las masas consiguen repercusión sin tener que pasar por la taquilla de lo medios de comunicación
habituales.
Nadie podrá negar que los jóvenes de ahora están más preparados que los de antes, que tienen en su mano la información necesaria para enterarse realmente de lo que ocurre, aunque tampoco podemos negar que esto es un arma de doble filo. Cuando alguien descubre una propuesta interesante e innovadora, pongamos, en un blog, también encontramos otros estímulos dentro de esa misma página, otros enlaces que te llevan de un sitio a otro - como cuando te ponen un pañuelo en los ojos y te dan vueltas - y acabas en una página dedicada a la cría de morsas en extinción. Este baile ciego se da con mucha frecuencia entre los internautas, pero todo es cuestión de tiempo, cuestión de selección. Aun así creo que, como este fenómeno está en continuo y fugaz movimiento, está cogiendo cuerpo como bizcocho en el horno y dentro de poco se podrá degustar en su punto. Hoy por hoy todos tenemos acceso a un portal web donde verter nuestras opiniones libremente para que cualquier persona del mundo pueda leerlas y apoyarlas. De esta forma se generan movimientos como el que se está dando con el Tibet y la llama olímpica. ¿Hubiese sido posible sin la red?
Y es que la red de blogs y foros es imparable. Cada individuo puede disponer gratuitamente de este hogarcito virtual donde recibir visitas, tanto de amigos como de desconocidos, e ir creando opinión. Con el auge de esta nueva forma de comunicación están creándose los llamados Foros o Redes que son de lo más variopinto. Éstos serían los saloncitos donde intercambiar opiniones que al cambio podrían ser las cafeterías de entonces, los salones de lo ateneos o un cuarto de estar de la casa de un amigo.
Gracias a esta forma de comunicación y a la acción de los jóvenes, se están dando revueltas como la que está ocurriendo en Sevilla, también compuesta de estudiantes de todo tipo: camareras, fotógrafos, artistas plásticos e , incluso profesores y otras gentes del mundo de la cultura. Se ha dado en llamar la Revuelta Sureña y ha cristalizado en el I Festival Internacional de Perfopoesía de Sevilla. Al igual que el Mayo del 68, esta revolución no está domesticada, los poetas que se han dado cita durante dos años en un pequeño café teatro de la alameda llamado Platea, han sido una tribu de lo más variopinta, jóvenes de espíritu que están intentando decir basta a los viejos cánones poéticos establecidos y que han decidido bautizar a su arma principal con un término completamente nuevo: “Perfopoesía”. Y su propuesta no está cayendo en saco roto. Muchas de las revistas actuales como es la Quo y las digitales como CaféBabel se han hecho eco y están difundiendo esta nueva forma de escenificar y pensar la poesía contemporánea, muchos blogs, foros y redes online les han dado cancha y están apoyando la iniciativa desde sus espacios virtuales. Pero esto no queda aquí. Revistas de poesía como Chichimeca, Rojo Bossar, o Puerto, y editoriales como Mono Azul Ed., El Gaviero, Point de Lunettes o Cangrejo Pistolero Ed. publican la palabra de estos jóvenes insurgentes y la llevan a la Sorbona de hoy, que son las grandes librerías y los centros comerciales. Esta revuelta tiene las mismas bases, aunque no la misma repercusión aún, como pudiera tenerla la del Mayo del 68. La prueba está en que no tiran adoquines contra los guardias, pero son capaces de sacar tres grúas a la calle y subir a tres poetas, megáfonos en mano, para recitar su poesía por las principales calles de la ciudad.
Sólo me queda pensar en las cabezas pensantes de tales movimientos. Sinceramente creo que el Sartre o el “Dani el rojo” de hoy estarían sentados delante del ordenador administrando un blog.
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