NEOCOSTUMBRISMO SEVILLANO
No somos pocos los que hemos
sido educados en el costumbrismo más decimonónico recibiendo clases,
magistrales a veces y huecas otras, en las escuelas de arte del Siglo XX. Y si
hablamos de Sevilla, mi afirmación se acentúa. Tampoco puede decirse que le
hayamos dado la espalda al Arte Contemporáneo, ya que también es cierto que
hemos recibido una educación actualizada, que visitamos Ferias de Arte de ahora
y que la red nos mantiene frescos como lechugas, disparándonos información actualizada
cada segundo.
Personalmente, siempre he
admirado a los clásicos, por más que en mi tierna adolescencia, y a causa de la
rebeldía que lleva implícita esta edad en prácticamente todo ser humano, haya
renegado de “lo viejo”, y ha sido con el tiempo cuando he empezado a valorar en
mayor medida a pintores como Bacarisas,
Ressendi, Alfonso Grosso, Gonzalo Bilbao, Villegas, Sánchez Perrier
o Jiménez Aranda entre otros.
Pintores que con mayor o menor acierto han sido catalogados dentro del costumbrismo sevillano, y que con una
técnica en la que el dibujo era la base de su hacer creador y la temática
cotidiana su hacer creativo, han contribuido a ilustrar la historia del arte en
estas tierras de más de 40 grados a la sombra.
Es imposible olvidar que
Sevilla ha sido la cuna de pintores locales pero internacionales como Velázquez, Murillo o Zurbarán, pero
noto que corre aire fresco, nuevos tiempos en esta ciudad cuyo valor artístico han
sido las reglas del aplaudido costumbrismo, que por una parte ha traído
parabienes pero por otra ha contribuido a veces a su involucionismo.
Pero la información llega, los
tiempos cambian, los artistas salen de su ciudad y miran más allá. Nos hemos
alimentado con la savia de esta realidad, hemos asistido una y otra vez a la
ceremonia de la Semana Santa, hemos entrado, salido y vuelto a entrar en la
Catedral, hemos paseado, bailado y bebido rebujito en la Feria, hemos escuchado
flamenco bueno y flamenco malo, hemos echado mil y una siestas y, en
definitiva, no podemos negar que todo esto forma parte de nuestro ADN.
El hecho es que, desde hace unos
años, estoy asistiendo a un escenario que reúne conciencias sin, aparentemente,
habernos puesto de acuerdo. Muy al contrario de los conocidos y estudiados
grupos que forman las vanguardias del pasado siglo como fueron el grupo “El
Paso”, el llamado grupo de “Realismo Madrileño”, o el “Realismo Mágico
Sevillano” entre otros. Encuentro nexos comunes en obras de artistas
contemporáneos sevillanos que me han llamado poderosamente la atención, y que
he decidido mostrarlas aquí bajo el nombre de “Neocostumbrismo Sevillano”. Dentro de este colectivo aparentemente
inconexo englobo a pintores como Manuel
León, Agustín Israel y a mí
mismo (Antonio García Villarán), al
mago del collage Iván Javier Marí y
a la archivera y creadora audiovisual María
Cañas. ¿Y qué es lo que nos une? Enumerémoslo:
1-
COSTUMBRISMO SEVILLANO ACTUALIZADO: Hacemos uso de imágenes
estrechamente ligadas a las costumbres de la ciudad de Sevilla. Usamos
capirotes, trajes de chaqueta, toros y toreros, lunares y todo el universo
simbólico que engloba nuestro día a día. Pero, a diferencia de nuestros
antepasados costumbristas, nos liberamos de temáticas amables, borramos de
nuestra mente la idea de ilustrar la época (para eso tenemos cámara en el
móvil) y proponemos creaciones que son una nueva mirada hacia lo que está
ocurriendo hoy. A veces crítica, ácida, humorística o simplemente actualizada,
las obras que proponemos tienen en común la lírica contemporánea y el
surrealismo que también está implícito en nuestro ADN sevillano, aunque muchos nos
sintamos ciudadanos del mundo.
2-
SIN COMPLEJOS: La libertad con la que usamos tanto la
técnica, aprendida en escuelas clásicas como ha sido en algunos casos la
Facultad de Bellas Artes de Sevilla, o utilizando nuevos medios, muy lejos de
renegar de lo aprendido, lo usamos para hacer arte contemporáneo. Sí,
contemporáneo. ¿Acaso no es arte contemporáneo todo lo que se hace hoy? ¿O sólo
la manifestación artística con nuevos medios tiene el honor de llamarse
contemporáneo?
3-
CONCIENCIA COMÚN Y CRÍTICA SOCIAL: Ya sea por los agentes o estímulos
externos que recibimos por vivir en este entorno o por nuestra actitud crítica
frente a la sociedad actual, nuestras obras muestran imágenes poco habituales
generadas con, querámoslo o no, cierta crítica social, o cierta mirada distinta
y distante sobre las propias costumbres de la ciudad. No sé si sería correcto
llamarnos “costumbristas acostumbristas”, ya que nuestras obras, aun bebiendo
de la tradición, no dejan de ser un híbrido donde ciertos pensamientos y
conciencias actuales se muestran de manera clara.
4-
INDIVIDUALISMO COMÚN: Creo que estoy en lo cierto si digo que todos
nos conocemos, pero que no tenemos una relación estrecha entre nosotros. Nos miramos
desde la distancia, pero no somos un grupo de amigos que nos hemos puesto de
acuerdo con un manifiesto común y esas cosas que hacían los viejos artistas del
siglo XX para dar voz y fuerza a un movimiento. Esto ha surgido de manera
natural, como surgen las cosas importantes, y seguro que son muchos y muchas
los que comparten esta forma de hacer arte. En este breve escrito nombro a los
que tengo más cerca, a los que sigo y respeto y en los que, de alguna forma, me
veo reflejado.
La obra de Manuel León en la
que abundan las venus de carne y hueso, los capirotes que se funden con los
rostros de los portadores convirtiéndolos en seres híbridos, casi
extraterrestres; la mirada pop de Agustín Barrera, donde los verdaderos
protagonistas de sus obras son los zapatos de tacón, la simbología de los
lunares y las togas, los superhéroes de cómic con capirote; mis alegorías de
Andalucía, en cuyos lienzos habitan esqueletos con trajes de flamenca y trajes
de chaqueta que parecen segundas pieles, cirios como falos y sandías como
mundos; los collages de Iván Javier Marí, que nos devuelven la imagen de los
santos de un modo distinto, con humor e ironía, sin dejar de lado la reflexión
profunda sobre quienes somos; y los fotomontajes, collages, y piezas de videoguerrilla
y videomaquia de María Cañas, cuya crítica social y humor conforman un discurso
filosófico serio de nuestra realidad que no dejan de asombrarnos.
Antonio
García Villarán, 6/6/2016, Sevilla
”Juicio de interés variable”, pintura de
Manuel León.
“Big
Power”, pintura de Agustín Israel Barrera.
“Semana
Santa”, pintura de Antonio García Villarán.
"Dolor", collage A3 de Iván Javier Marí.
“Sé villana. La Sevilla del diablo”, video de María Cañas,
2013.
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