4/14/2011

Y crecieron las Setas en Sevilla. Mertosol Parasol, 2011.

El mismo día que quitaron las vallas me llegué a ver las llamadas Setas de la Encarnación. Aunque su ubicación no me permitió tomar espacio para verlas en su conjunto, pude disfrutar de una vista propia de los visionarios del XIX. Ante mi había una estructura que se asemejaba por momentos a la de un titánico panal de abejas, o a una gigantesca red de madera recién lanzada a la mar.

El Metrosol Parasol de Sevilla es indudablemente un asombroso símbolo de modernidad. Ahora me alegro de haberlo defendido siempre, poniéndome en contra de las opiniones de algunos de mis antiguos profesores de Facultad y de amigos que no creían que el presente siempre casa con el presente. Y es que este conjunto monumental es un ejemplo claro del propio sentir y ser del sevillano. No me digáis que no tenéis algún conocido al que le gusta la Semana Santa, y también los conciertos de AC/DC, por ejemplo. La contradicción y la doble moral, o la doble vida de muchos de los habitantes de Sevilla está reflejado ahora en los diferentes puntos de la ciudad que pisa diariamente. Lo mismo estamos tomando unas cañas circundados por Iglesias en la Plaza del Salvador, que esperamos sentados en la escalinata de las Setas. Y hablando de estas amplias escaleras, ¿no sería maravilloso que se convirtieran en algo así como las de la plaza de España en Roma? Llenas de jóvenes tocando la guitarra, de guiris en grupo y jubilados haciendo turismo…




Cada vez que salía una noticia de esas que han conseguido empañar la construcción de este monumento, me lamentaba profundamente. Para una cosa valiente y necesaria, acorde con los tiempos que corren y que va a aportar a la ciudad imagen, turismo y movimiento, tiene que hacerse sin previsiones, y teniendo que renegociar y ampliar plazos y precios.


Pero las Setas ya están en marcha. Y digo en marcha, que no acabadas. Pero sinceramente, ¿cuántas de las cosas que empiezan a funcionar están realmente acabadas? Lo bueno de esto es que la han abierto al público, y que se está creando la necesidad de dotarlas de todo lo necesario para que este nuevo espacio funcione.



Y ahora que lo miro… ¿os imagináis los recitales del Festival de Perfopoesía en las Setas?

2 comentarios:

esther dijo...

A mí también me gustan mucho las setas y las defiendo siempre que puedo. Creo que las ciudades tienen que renovarse, aunque siempre haya resistencis de algunos ciudadanos, ¿sabías que en París hubo recogida de firmas para quitar la Torre Eiffel después de la Exposición Universal? A los parisinos de entonces les parecía un horror,al final la dejaron porque venía bien para las telecomunicaciones, ayssss

Gracia Iglesias dijo...

No sé, no sé. A mí siguen sin apasionarme, pero la verdad es que tampoco sé lo que guardan dentro ni cual va a ser su función. Al menos sin las vallas la plaza queda más despejada. ¡Yo no la había visto nunca sin las obras! En 1998 cuando llegué por primera vez a Sevilla ya andaban con excavaciones arqueológicas.

En cuanto a Perfopoesía... eso queda espectacular lo pongas donde lo pongas.

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