10/31/2010

MANUEL ÁLVAREZ FIJO


MANUEL ÁLVAREZ FIJO

La conferencia fue muy emotiva.

Presentó la noche su amigo Paco Cuadrado, con una imagen de Manuel Álvarez de fondo. Después me dio paso y leí algunos de los mensajes que me envían sus antiguos alumnos y amigos recordándolo.

Pudimos escuchar su voz gracias a una cinta de cassette que recuperé de unas charlas que grabamos en el año 2000 en su casa, botella de vino por delante.

Hablé de su obra, de su personalidad, de sus poemas, de su vida entregada a la Facultad de Bellas Artes, y a los jóvenes inquietos que se acercaban a él para que los ayudara en su camino.

Había mucha gente en el salón del Ateneo de Mairena, pero sólo vinieron un par de profesores de Bella Artes. Es curioso, ya que en vida todos los admiraban –o al menos eso parecía-, y lo incluían en sus proyectos para darle caché a los mismos. Ahora no se dignaron a venir ni siquiera a recordarlo.


Manolo Álvarez Fijo empezó a estudiar en el 54 y terminó en el 59.

Leí cosas como ésta, que saqué de las grabaciones; “Para entrar en la escuela superior de Bellas artes necesitabas hacer un examen de religión. Saber el Credo, el Padre Nuestro, Ave María, Dogmas de Fe, Los artículos de Fe de la Iglesia, y lo tenías que saber porque te lo preguntaban! En todas las Facultades había religión.

En el Discurso Inaugural de Hernández Díaz del año 40 por mandato del Generalísimo y del poder político era Creábamos una Escuela Superior de Bellas Artes para formación de los Artistas Católicos.

Hasta del más malo aprendías cosas.”

La Facultad de Bellas Artes se estropeó, por no decir que se jodió, al entrar en la Universidad.

Y todo por subir de categoría social, artística y económicamente.”

“Alfonso Grosso era reconocido a nivel local, y la historia lo ha puesto en un rinconcito modesto, sin repercusión ni nada.

No se hablaba de Miguel Pérez Aguilera, se hablaba de Alfonso Grosso, Hernández Díaz o Sancho Gorbacho, historiadores carcas cada uno en su género. Entre ellos se lo repartían todos. Juan miguel Sánchez, que era un tipo más inteligente artísticamente pero bastante corto de luces, por lo que no fue un pintor más significativo.

Grosso era un hombre muy erudito, muy culto, muy… cursi. Nosotros le llamábamos Sor Violeta. Usaba una colonia que era perfume de Violeta. Decía que La gente estaba envenenada en la Escuela Superior de Bellas Artes porque a ver cuando se daban cuenta de que la biblioteca era una conjuración de Judíos y Masones… eso es muy fuerte.”

Como anécdotas propias de su tiempo, contaba que a Manuel lo echaron un día de secretaría porque entró en mangas cortas, en verano.

Fijo era muy crítico con el sistema, pero lo hacía contractivamente, para mejorarlo. Le preguntaba a algunos alumnos de tercero, ¿pero tu cómo has llegado hasta aquí? Tu has tenido un milagrito de la virgen de Fátima. Y es que la enseñanza artística está cada vez peor.


Decía que aún estamos en la prehistoria, hablando todavía de la Performance. Eso habría que estudiarlo en los 60.

Una de la lecciones que más me gustan de las que pude aprender de Manuel Álvarez fijo fue esta: “Las personas inteligentes son las únicas que pueden hacer arte. Dibuja bien el que es inteligente.”

Y siempre defendía las humanidades; “Un artista tiene que tener un conocimiento muy universal de todo, filosofía, matemáticas, física, arquitectura… para que usted luego pueda crear, tenga lenguaje para crear.”

Reflexiones como ésta, traídas de sus conversaciones, forman parte ya de su historia;

“El hacer Arte trata de un compromiso en el que se trata de reinventar la vida. No es la vida lo que cuenta, es la vida que tu inventas.

De pronto te das cuenta que no tiene sentido lo que haces, y que tienes que descubrir para qué sirve la pintura, y yo la descubrí realmente entrando en la abstracción. El único modelo era Miguel Pérez Aguilera.”

“La pintura es una aventura igual que la vida, o entras en ella y la andas sin conocer el final, o te la preparas y dices, yo voy por aquí porque sé que por aquí voy a llegar hasta allí, cuando llegas estás más aburrido que una ostra.”

“La obra de arte tiene su vida propia. No tiene proyecto.”

Recité algunos de sus poemas, "La mirada del MI, la respuesta del YO, todavía..." y "El bosque NO encantado", y Fernando Bazán (antiguo alumno) le dedicó uno de sus temas.


Acabé con una frase que él siempre repetía:

TODO FINAL IMPLICA UN PRINCIPIO.

1 comentario:

Cristina Pérez-Aguilera dijo...

la facultad se desprestigia sola. No merece la pena. Yo sabía que algo así iba a pasar porque durante toda mi vida he visto cómo se las gasta, he visto a mi padre sortear sus zancadillas una y otra vez. Entró como profesor en 1946 y murió en el 2004 siendo emérito. Un año antes de morir tuvo que leer en un papel que no "reunía méritos suficientes" para que le dieran una puñetera medalla sin prestigio ninguno. Pero él decía que el verdadero homenaje se lo habían dado sus alumnos, que con cariño lo recordaban durante toda su vida. Manuel entró sobre 1957 allí, y se ha ido con las botas puestas. Los dos estaban muy por encima de la facultad. Disfrutaban con los alumnos, enseñando, y recibían de ellos casi tanto como lo que daban. Ese premio se lo han llevado los dos. No merece la pena una facultad que paga así a la gente que le dedica su vida. Tenía que haber partido de ellos la idea del homenaje. Pero eso ya es esperar demasiado. ¡Que los zurzan!

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