2/11/2010

Este viernes presentaré SOUVENIR, de Sara Toro, en la Sala Cajasol


Este viernes tendré el placer de presentar este primer poemario de la fantástica Sara Toro, poeta cordobesa, que viene de la mano de La Bella Varsovia, y que promete dar mucha guerra.
Estoy escribiendo mis impresiones sobre el libro, y el sábado mismo las subiré aquí.
La cita será a las 8 de la tarde, en C/ Laraña, 4.
Creo que pasaremos una tarde-noche en buena compañía, además de descubrir los secretos/regalos de Sara.
13/02/10
Y esto fué lo que dije en la presentación de Souvenir:
De vez en cuando encontramos uno de esos libros que merece la pena leer. De vez en cuando damos con las palabras precisas que abren la cueva de Alí Babá. De vez en cuando ve la luz una obrita que no tiene nada de pequeña. Y a veces viene en forma de Souvenir.
Sara Toro propone dar una vuelta de tuerca al desengaño, otra oportunidad al humor, y todo esto sin dejar de lado la inocencia. Este paso de niña a Superwoman no es gratuito.
Sara nos ofrece un arazú y tres piruletas, pero eso si, te pueden saber a Sarazú o a Toruletas. Depende del momento en el que leas el poema.
Ella es todo un todo, y nada se le escapa. Quiso ser Frida, y lo consiguió. Yo la he visto recitar en bares y otros sitios raros a ritmo de Porrompompom, y la he escuchado cantar a garganta abierta “Como yo te amo”. Este cúmulo de experiencias son los regalos que esta poeta nos hace aquí.

En Granada se va de tapas –seguro- y aplica sus preceptos a sus propios amantes; “tus manos de papel barbado mutan en diez pepinillos que la alimentan hasta el domingo…”, dice. Ha tenido que inventarse más de una fábula, incluso dice en uno de esos principios “Gracias por ser el lobo que faltaba en mi cuento”. Pero fue Sara la que ganó. Se quedó con la experiencia de haber amado, de haber sido degustada y aceptada. Tuvieron suerte sus labios de fresa y niña, que probaron los colmillos del lobo.

Despiertame, despiertame, te lo suplico. Sara no deja un minuto de zarandeanos. ¡Despiértate!. Pero lo más interesante son los sueños y la cama de Sara Toro. Cuanta fauna de sudores, pelos que recuerdan a caricias y huellas de nariz… no deja hueco por descubrir, y nos indica posibles caminos, caminos olfativos, por los cuales poder llegar al final de la cueva.
Y cuando el amor se acaba, si señores y señoras, siento decirlo pero el amor también se acaba, cuando el amor se acaba, Sara Toro sigue pidiendo al pepinillo que la bese, que la bese banalmente, que follen, que se embalen, que la fiebre se los coma… esto dicho de manera lírica, claro.

En estos Souvenires también hay sorpresas para la abuela, peticiones de vida imposibles que nacen muertas. Para eso está la poesía; “Abuela, no quiero que te mueras”

Un souvenir puede ser también un hueco, un vacío un no sé qué que te falta sin el cual estas incompleto. Los surcos, el amargor que te dejan, las ausencias, los viajes. En resumen, estando contigo –dice ella- se me endureció el carácter, a ti la polla. Ante esto no tengo nada que añadir.

Y también encontramos postales en esta maleta, imágenes borrosas que van definiéndose a la vez que terminas el verso. Ya nadie manda postales, mandamos emails o mensajitos en el Facebook. Somos tan modernos.
En la Plaza de la Corredera las palomas son en realidad sus habitantes, los que se toman las cervecitas en los veladores, los viejetes que siguen intentando arreglar el mundo a golpe de “este tabique no lo hacía yo así”, como diría Kiko Veneno. Las “palomas con alas de mantequilla” son los guiris y los propios cordobeses, pero eso no se ve en las postales, únicamente se intuyen el los Souvenires de Sara.
También hay espacio para el despecho, el desprecio y la burla. ¿De amantes a amigos? Ja! Ni de coña! Perdonar no es una de sus virtudes, y esto no tiene por qué ser malo. Ya está bien de tanta mea-culpa y de tanta bondad de papel celofán. Que te den, hijo de puta, me has dejado tirada, desdichada, despiadada, desatada…. ¿Quién no se ha sentido así alguna vez?

Y sigue observando en los bares “tanta niña joven con tanto viejo!”, y yo me hago la reflexión… tanto poder, tanta belleza, tantos cargos importantes (niña joven) con tanto inexperto (tanto viejo). Quizás veo más allá de las palabras de Sara Toro, pero es que estamos hablando de poesía!!!

Y la poeta tiene ojos para los diablos que la tientan desde un lugar de la barra de cuyo nombre no querrá acordarse. Menos mal que siempre la acompaña un Ángel. Y digo yo que Ángel será el nombre de pila del novio, o del amigo fiel, o del que toque.

Los jóvenes de ahora -me incluyo- encontramos algo especial en nuestra casa, y la de Sara está donde duerma su cepillo de dientes. No es bueno mudar demasiado los cepillos de dientes, ya que pueden perderse, o contaminarse con toxinas, o puede que les salga moho. Aunque la casa de Sara Toro esté en Córdoba, o en Granada, o en cualquier otra ciudad, yo creo que, por lo que cuenta en el libro, está realmente en su bolso.

Y que mejor Souvenir que las Delicatessen. Pero no hablamos de las delicatessen esas del caviar y la gamba tigre, no, hablamos de las de verdad, del viaje en autobús, del sábado, la puta Venus, la dieta efectiva, los compañeros de melones, el corte de pelo o la mamometría, el bautizo de la tristeza, el imbécil, Alemania, la herida, las bitácoras, caduco, todo se acaba, el vertedero, un sms de ánimo.

Pero lo más importante es que a Sara le gusta comer. Se lo come todo, todo, todo. Mastica lo que le echen, y luego lo digiere en forma de regalo.

Creo que en Souvenir hay mucha conversación de madrugada de estudiantes, convertido en poema, porque acaso ¿no se encuentra la poesía en las palabras desesperadas de los que salimos a las tantas para pasarlo bien, pásalo mal, o intentar comernos algo? Aunque acabemos comiéndonos las palomitas del Urbano a falta de otra cosa, claro.

En fin, que lo mejor para pasar la crisis es comprar un Souvenir, regalar un souvenir, regalarse un souvenir. En tiempos de crisis, lo único que podrá salvarnos será el regalo.

3 comentarios:

Malone dijo...

ayer compré nocaut y la primera leída me ha encantado. dejaré reposarlo un tiempo y volveré a ello.
enhorabuena

Antonio García Villarán dijo...

Gracias Jorge,se trata del trabajo de estos último 4 años. Al principio NOCAUT estaba compuesto por más de 140 poemas, y al final, depurando, depurando, se han quedado en algo más de 60.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Recientemente me encontré con tu blog y he estado leyendo a lo largo. Yo pensaba que iba a dejar mi primer comentario. No sé qué decir, excepto que he disfrutado de la lectura. blog de Niza.

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