El humo de la BIACS3

Si se fuese la luz, si hubiese un apagón, no habría arte en la Biacs. Y es que casi todo lo que he visto hasta ahora es electrónico. Pero qué fiebre más moderna les ha dado a los creadores de objetos bellos. Qué fiebre…

Como estoy muy de acuerdo con el director de la muestra (Peter Weiber), he decidido no ir a la Cartuja para ver la exposición de cuerpo presente. Hay que estar con las nuevas tecnologías, y eso estoy aplicando. Me he metido en Internet y he visto la Biacs desde casa. En esta sociedad virtual todo es más fácil, siempre y cuando no nos corten el suministro eléctrico o nos falle Internet o no paguemos la factura o no tengamos ordenador.

De todas formas, tampoco me pierdo mucho. Lo que nos proponen este año son obras por encargo. Se pueden ver 184 piezas de 170 artistas, 26 de las cuales han sido producidas expresamente para esta edición, según las noticias, aunque pienso que las restantes también han tenido que ser creadas con miras a exposiciones de este tipo, al igual que se pinta un cuadro para tal o cual concurso. Yo mismo lo hacía. Si el concurso tenía cierta estética, pintaba algo del gusto del jurado y “BINGO”, me seleccionaban o premiaban. Por eso dejé de presentarme a concursos. Todo se trata de una farsa. No se muestra lo el artista crea libremente, se enseñan las obras que realizan expresamente (por encargo directo o indirecto) para este tipo de muestras. Me resulta el mismo modus operandi que cuando la familia le encarga el retrato al artista de la calle sierpes. Definitivamente no podremos ver verdades en la Bienal, sólo humo. Y para ver humo, me quedo en mi casa.

En lo que he podido ver en la tele y en la red, no he encontrado mucho ingenio; si mucho dinero invertido en obras que yo denomino “fuegos artificiales”. Porque no son más que eso, objetos superficiales que brillan en un cielo virtual, que hacen ruido pero que desaparecen de tu mente al instante, y lo que es peor, no hacen que te formules preguntas. Los artistas no se plantean los porqués de lo que hacen ni hacia dónde quieren dirigir su obra. Lo que llamamos arte conceptual se está convirtiendo en puro escaparate del Zara.

Hay varias cosas que me molestan de las nuevas y viejas tecnologías. Por ejemplo, en los museos no podemos pasar la mano por las esculturas de Rodin, o por las cerámicas de Picasso, pero tampoco podemos tocar las obras de arte electrónicas. ¿Por qué no nos dejan manipular estas obras? ¿Acaso no las entenderíamos mejor? ¿No las sentiríamos mas?. Seguimos en lo mismo.

Otra cosa es la de los directores de esta BIACS3 que son Peter Weibel (Odessa, 1944), Wonil Rhee (Seúl, Corea, 1960) y Marie-Ange Brayer (Francia, de edad desconocida). Una Bienal de Arte que se hace en España y en concreto en Sevilla ¿por qué no tiene comisarios de aquí? ¿acaso no hay gente preparada para realizar este tipo de eventos? No lo creo. Aunque si fuese así, qué tristeza. No tengo nada en contra de estos directores-coordinadores, pero pienso que deberíamos reflexionar sobre lo que queremos revelar con este tipo de muestras y a quienes queremos promocionar. De los sueldos y las subvenciones ni hablo.

Por último, aunque me resulta lo más interesantes, tengo que hablar de la divertida plataforma Youperverse. Creo que han tenido más visibilidad y éxito que la propia Bienal, y eso que se trata de un grupo de artistas que critican la muestra. Denuncian «el oscurantismo financiero» de la Bienal de Arte Contemporáneo. Muy bien, aunque como digo siempre, vamos a hablar primero de arte.

Por favor, devuélvanme la ilusión, háganme creer lo contrario, levántenme de esta silla con argumentos que me lleven con ilusión a ver la BIACS3.